Domingo 7 de diciembre de 2025

De la guerra civil al terrorismo de pandillas: El impacto de 30 años de mala gestión política en El Salvador

Desde que el presidente Nayib Bukele asumió el cargo en junio de 2019, El Salvador comenzó a dejar atrás un oscuro pasado marcado por el terrorismo. Inicialmente, el país vivió 12 años de guerra civil entre la derecha y el FMLN, seguidos por tres décadas de control territorial por parte de estructuras criminales que, con la complicidad de los gobiernos de turno, consolidaron su poder en diversas regiones.

Estos grupos pandilleros se alimentaron de los modelos establecidos por las administraciones pasadas, perfeccionando sus métodos de terrorismo contra la población. Casos emblemáticos como el asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero, la masacre de los Jesuitas, y el ataque a marines estadounidenses en la Zona Rosa son solo algunos de los crímenes que demuestran cómo la violencia se ha arraigado en la historia reciente de El Salvador, tanto por la derecha como por la izquierda.

Tras 12 años de conflicto armado, los Acuerdos de Paz de 1992 marcaron el fin de la guerra, pero no trajeron la verdadera paz. Los grupos de poder se repartieron el control, perpetuando la corrupción, la pobreza, y legando el terrorismo a las pandillas. El presidente Bukele ha criticado duramente a quienes defienden estos acuerdos, acusándolos de glorificar una paz falsa mientras ignoraban las verdaderas necesidades del pueblo salvadoreño.

Con la implementación del Plan Control Territorial (PCT), la administración Bukele ha logrado reducir drásticamente los índices de criminalidad que durante décadas mantuvieron en zozobra a la población. Esta estrategia de seguridad ha sido acompañada por esfuerzos para recuperar el tejido social, generando oportunidades para jóvenes que fueron estigmatizados y marginados por los gobiernos anteriores.

El legado de terror y violencia heredado de los gobiernos de ARENA y FMLN es evidente en los numerosos casos de violencia que han sacudido al país, desde asesinatos políticos hasta masacres perpetradas por pandillas. Sin embargo, la administración actual ha comenzado a revertir esta tendencia, ofreciendo a los salvadoreños una esperanza renovada de paz y seguridad.

El pasado de El Salvador está marcado por la violencia, pero el futuro, bajo el liderazgo de Bukele, apunta hacia la construcción de una sociedad más segura y justa, libre de las cadenas del terrorismo que por tanto tiempo han oprimido al país.