Jueves 12 de diciembre de 2024

Intento de golpe de Estado en Bolivia no fue "simulacro", dice ministro de Gobierno

El ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, afirmó que la intención del destituido comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, era «tomar el mando» del país y que el intento de «golpe de Estado» no fue un simulacro. Del Castillo, quien presentó a Zúñiga ante los medios después de su arresto, calificó al jefe militar destituido como un «delincuente» que buscó «derrocar a una autoridad democráticamente electa».

«A lo que apuntaba Zúñiga era tomar el mando de nuestro país, convertirse en capitán general de las Fuerzas Armadas», manifestó el ministro. Del Castillo también mencionó al destituido comandante de la Armada, el vicealmirante Juan Arnez, quien se presume colaboró y participó en la toma militar. «Estas dos únicas personas no actuaron solas, no fueron dos personas que planificaron y conspiraron para derrocar a un Gobierno democráticamente electo (…) hay otras personas identificadas», afirmó.

El ministro indicó que en estos hechos hubo un «manejo político», señalando que algunos sectores ya habían anunciado protestas para esta semana y Zúñiga buscaba «conseguir apoyo popular».

Del Castillo aseguró que el Gobierno hará «todos los esfuerzos» para que Zúñiga y Arnez «sean sentenciados por alzamiento armado, atentado contra el presidente y destrucción de bienes públicos y privados», añadiendo que también se analizarán posibles acusaciones por otros delitos. «El golpe de Estado no ha logrado consumarse gracias al compromiso y la memoria fresca que tiene el pueblo boliviano», subrayó.

El temor se apoderó de la población después de que tanques y militares fuertemente armados irrumpieran en la sede del Gobierno bajo el mando de Zúñiga. El presidente Luis Arce denunció que se gestaba un «intento de golpe de Estado». Durante la ocupación militar, Zúñiga declaró que buscaba «reestructurar la democracia» y que su primera medida sería la liberación de los «presos políticos».

Minutos más tarde, Zúñiga y sus tropas se retiraron de la Plaza Murillo, en el centro de La Paz, después de que el presidente Arce relevara a los comandantes de las Fuerzas Armadas y les ordenara «replegarse». Con los militares replegados, funcionarios y seguidores del presidente Arce se congregaron frente a la sede presidencial para celebrar que resistieron el «intento de golpe de Estado».

Al final del día, Zúñiga fue detenido después de que la Policía ejecutara una orden de aprehensión en su contra.